Los delincuentes merece todo el peso de la ley, pero no ser penetrados por todos los policías que los atrapan. Este hampón fue detenido por un pelotón policial. Los agentes del orden lo interrogaron, catearon y desvistieron. De pronto y buscando la verdad, estos policías sacaron sus enormes pollas erectas y colocaron al detenido con el culo abierto y todos lo penetraron de manera incansable, todos destrozaron el culo del delincuente que llora, grita y reclama su libertad. Muy tarde, su ano está preso y abarrotado de carne…

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